martes, 11 de noviembre de 2008

Una voz en el silencio

Acabo de enterarme de que han condenado a veinte años de prisión a Nay Phone Latt. Este tipo no les sonará de nada, pero es un bloguero birmano al que por decir esta boca es mía ha pasado por caja y le han metido en chirona. Ha pringado junto con cuatro tíos más del partido de la oposición y un poeta. Le detuvieron en enero y volverá a la supuesta libertad de Birmania (si es que alguna vez la hubo) cuando cumpla los cuarenta y ocho.
Le han condenado por pensar.


En este instante no oigo, ni leo, ni percibo que todos los gobiernos, las gentes y los activistas divinos de la muerte con y sin camisetas a los que se les inflan los carrillos con palabras como ‘libertad’ y ‘pluralidad’ y ‘paz’ y ‘esas cosas que lo mismo valen para un roto que para un descosido’ digan esta boca también es mía, cabrones. Que ocurra esto y que nos dé igual es una de las mayores mierdas que se cocinan en la sociedad moderna. Es infame, un despropósito y a mí se me cae la cara de vergüenza por poder decir lo que digo y que no me detengan (de momento).

Todo el mundo se halla inmerso en la Cumbre de Washington, donde se va a exponer más de lo mismo (exordios casposos, mentiras y vaguedades), donde Napoleoncete IV va a ‘refundar el capitalismo’ con los amigotes.
Bush: Wow, you are bahito, sir.
Sarko: No bahito, monsieur; I’m corto de piel.
Carla: Oui, oui, lalalalalá.
Zp: ¡Amigos, amigos míos…
Bush: Who is?
Sarko: Nobody, is the doorman.
Ansar: Hac, hac, hac...

Qué triste. En fin, quiero decir que los últimos chutes de información -porque la información es como el opio, pero sin dragón y sin pueblo- no dejan espacio para otra cosa que no sea la jodida Cumbre del G-69 (¿alguien conoce la cifra de dar por culo?) mientras que el amigo Nay –y tantos otros anónimos- está presto a pudrirse durante veinte años y vayan ustedes a saber qué más por pensar diferente a la estúpida y analfabeta dictadura militar del general Than Shwe.

El día que una noticia así, donde alguien haya cometido la imprudencia de pensar más allá de lo estrictamente establecido, salga en la portada de todos los diarios del mundo y la televisión inundé todos sus canales con dicha información me sentiré satisfecho y orgulloso de formar parte de una sociedad proyectada para superarse.
Hasta entonces sólo puedo sentir vergüenza y asco.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Tranquilo q cuando empieces a hablar de la corona ya veremos si estas mucho tiempo libre q no ay libertad en ningún lado ya

Spirou dijo...

La libertad es un estado de sitio.