domingo, 9 de noviembre de 2008

Pensar

Esta tarde estaba escuchando una de los Chichos donde claman aquello de ‘libre como el pensamiento’, y claro, me he puesto a darle a la tuerca. ¿Es libre el pensamiento? ¿Está limitado al número de registros, vivencias o circunstancias que posee una persona? ¿Qué es el pensamiento? ¿Hacia dónde va dirigido? Heidegger ya dejó entrever que el Ser es un cachondeo porque cada uno le da el sentido que mejor le conviene; yo, aun siendo un incapacitado intelectual y, por consiguiente, carecer de cualquier autoridad que no sea la ejercida sobre mi perro (que ni esa), creo que el de Pensar va por un derrotero parecido: esto es, darle vueltas y no ver nunca dónde se ha de acabar.
-Es usted un presuntuoso.
-Y usted un imbécil.
-Disculpe.
-No hay de qué.

Uno no va y suelta “bueno, me voy a pensar un rato”, como tampoco dice “en fin, voy a rascarme la entrepierna.” Estas cosas van a su aire y salen cuando salen; no conviene abusar porque se convierten en un vicio malsano y la gente puede acabar viéndote como un bicho raro. Lo que piense la gente suele ser indiferente, esa es la verdad, pero también lo es ahorrarse algún mal garrotazo en la nuca. Luego no digan que no les avisé.

Ignoro si las maquinaciones del inconsciente entran dentro del Pensar, porque a bote pronto parece que el hecho de pensar está dirigido para resolver problemas. Lo otro se podría denominar Discurrir. Qué estupidez, si es lo mismo. Vaya, creo que es lo mismo, ahora no estoy seguro. Esto de escribir es una mierda, porque nunca sabes lo que dices y acabas pareciendo gilipollas. Pensar y pensar, que a ningún lado ha de llevar.

Hablando de pensar, acabo de llegar de dar un paseo nocturno por el bosque; he estado un rato observando la luna y me he preguntando cómo el ser humano puede llegar a ser tan estúpido de querer llegar ahí arriba. Lo bello es misterioso –quizá lo misterioso sea bello-, la luna es bella y por tanto misteriosa; si empezamos a destriparla sin compasión acabará siendo algo tan vulgar como la mayoría de las personas, y dará lo mismo que esté ahí arriba discreta y silenciosa. El exceso de información siempre acaba con la magia, queremos abarcar lo que no nos concierne y acabamos estropeándolo. Algo parecido pasa cuando ves una película donde sale una actriz que te nubla el entendimiento y piensas “me he enamorao”, hasta que rebuscas por Internet su vida y milagros y tomas las contramedidas oportunas “bueh, tampoco es para tanto.” Otro ejemplo es el fenómeno del ‘destape’ (despendole colectivo de algunas actrices españolas en los setenta) Hace bastantes años uno se volvía loco sólo por intuir el camino que recorrían unas piernas a su paso por las pantorrillas de una mujer; hoy esto ya no se entiende si no hay canalillo o cañón de por medio, que, aunque caiga algo más arriba no por eso deja de ser interesante.

Pensar en ocasiones es absurdo porque se vuelve una suerte de letanía cubierta de contrasentidos, fantasmas y vanidades que se vomita desde la cama mirando hacia el techo. Quizá sea esa su finalidad: remover toda la mierda que lleva uno dentro para que se filtre algo que pueda salvar el navío o cuando menos ponerlo a flote. Si encontrásemos un concepto definitivo dejaría de tener gracia.

Personalmente me hubiera gustado ser analfabeto, para no preocuparme más de lo debido de las cosas que me rodean y de las que pueda imaginar en las fiestas de guardar. Al no tener más puntos de referencia que los básicos podría mantenerme en el mundo dados mis instintos de supervivencia, adaptación y reproducción, y estaría más contento que unas castañuelas dentro de mi recogimiento intelectual. Desgraciadamente, como me enseñaron a leer y a hacer garabatos encuentro que me he convertido en un ser pensante abyecto de la disfuncionalidad de lo que acontece y de lo que no. Si fuese listo incluso podría darle algún sentido a todo esto, pero mira, se ve que nací en las rebajas de primavera y no todo es una ganga.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

No pensava pas que pensessis això. Hi ha gent que s'ho pensa, però penso que passa perquè pensen poc -o pensen massa!-, no? Pensava que pensaves que el pensar era una cosa per pensar-se-la, pensant en poder pensar més enllà del que sovint es pensa. En tot cas, hi pensaré...

Spirou dijo...

Piensa, piensa, que ya verás tú cómo acabas.