miércoles, 17 de septiembre de 2008

Loquillo

Hoy hace una semana que estaba cachondo perdido –como el tío aquel que se paseaba en albornoz por las Ramblas- porque me hallaba en el Auditorio viendo tocar al Loco.
Acudir a un concierto de Loquillo son palabras mayores, sobretodo cuando vas solo, con cara de humilde y haciéndote el despistado, ya que en un principio te sientes un poco como colilla de cenicero espachurrada, hasta que la cosa se calienta y explota y no hay quien te pare, porque tú solito montas un sarao de campeonato para asombro del respetable.


El Loco, ese tipo. Le he visto ya varias veces y no deja de sorprenderme; tanto si va de recital como si revienta el escenario con su rock and roll. Dos metros que mide el tío y se quedan cortos, aunque mi colega el Richal piense que el tipo está acabado y que no vale “pa na”, pero oír esto viniendo de un informático que gasta Windows Vista e IE7, pues poco se puede esperar.
La diferencia entre Loquillo y otros artistas es que se trata de un tipo cultivado, inteligente y coherente: una curiosidad del género, vaya. Es auténtico.

Entré por la puerta y pedí por el servicio, que es lo habitual cuando vas a estos sitios, porque puedes llegar a pasarlo realmente mal si pimplaste demasiada cerveza.
-Perdona, me dejas pasar.
-Joé tío.
-Es que me estoy meando.
-Bah, los de abajo ni se enteran.
Si alguna vez han ido a un concierto sabrán lo que es tener la entrada en la mano, qué asiento les corresponde y no encontrarlo. Suele ser bastante humillante cuando hay gente que ya está sentada y te mira con un desprecio infinito “Mira ese, qué torpe.” Lo que tú no sabes es que ellos también han padecido de lo mismo, pero como ojos que no ven corazón que no siente se crecen y se te suben a la chepa.
Mientras vas mirando la numeración acabas por volverte loco: pares, impares, primos, gilipollas, “anda mira, el mío está por ahí”. Y como quien no quiere la cosa te has recorrido todos los pasillos del auditorio siendo objetivo del pitorreo general. “No, es que estoy buscando a un amigo.” Sí, sí, que te has perdido, chaval.” Joder, es que no perdonan una.

Se apagan las luces. Sombras. Gritos. Aplausos. Sujetador que vuela. Silbos. Cantos varios de la afición.
-¡Tío bueno!
-… tienes buen criterio.
En un principio la gente andaba algo tímida, pero el Loco le metió mano a Isabel y a Rock suave y se montó la de Dios es Cristo, porque dos o tres intentamos arrancar las butacas y, como no se podía, acabamos subidos encima gritando como posesos.
-Sel mah grande.
-Lo que yo digo, tres micros: uno para él y dos para sus cojones.
-Jajaj.
La cosa llegó a su máxima intensidad –con todo el clan bailando desde hacía rato- con la versión más potente que yo haya oído de Cadillac Solitario. La leche.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Oigaaaaaa??? Oigaaaaaa??? Mire, que el buscador (bajo seudónimo "¿Ande andará?"), me parece que no va... Busqué "ornitorrinco", y no encontré nada... Debe ser un error, corríjalo, por favor.

Spirou dijo...

Es que va con hache. Para buscar ornitorrinco vaya usted a la güé del Congreso. Esto es un buscador de la güé má mejor, no es San Google (pero casi).