lunes, 15 de septiembre de 2008

Facebook: distrito social

No tengo pruebas concluyentes –si las tuviera ya habría montado un chiringuito para sacarle tajada y dejar de malvivir trabajando-, pero estoy convencido de que el Facebook es pura y dura minería de datos, en plan topo bodeguero pero con aviesa intención. Si no, ya me explicarán qué fin tiene (y, sobretodo, a quién le interesa y se beneficia por ello) el que se vayan añadiendo contactos a mansalva y publicando los datos personales y académicos de la gente, que acaban fluctuando por una red social (sic) en la que, supuestamente (y tú que te lo creas), nadie puede acceder a esa información excepto tus amigos. ¿Nunca se lo han preguntado? Pues no se preocupen, que les ahorro el trabajo.

El Facebook es lo que se conoce como red social, o séase una página de contactos donde gentes de aquí y de allá -con la excusa de pertenecer a la escuela tal, a los cien mil detractores de o a la secreta y misteriosa logia de los tundidores de refajos- ponen su currículum vítae a disposición de los demás con el fin de encontrar amiguitos. Para animar al personal, los que manejan el cotarro le facilitan a uno lo que se denominan Aplicaciones, una suerte de gilipolleces varias que no tienen mucho sentido y que van desde regalar cervezas virtuales hasta que un programejo te diga cuál es el país en el que deberías vivir, pasando por venderte a ti mismo o que otro programejo te diga si eres lógico, cateto o insustancial. Tiene cojones, pero es así.

La minería de datos la utilizan las empresas y los gobiernos para mantener controlado al prójimo, sobretodo a raíz de la neurosis provocada por el terrorismo (que no deja de ser una empresa y un medio de vida); pero esto no se puede decir porque está feo y te tachan de malcriado y de poco solidario para con el bien común.
A mí me hace bastante gracia que se ponga el grito en el cielo porque te filmen las cámaras instaladas en las calles y sitios públicos, cuando tienes media docena de satélites apuntándote al culo –sonría, por favor-, que acechan todos tus movimientos y aquí nadie dice nada. Aunque el asunto tienda a lo paranoico, no he desvariado: si ustedes se conectan en Internet y acceden a Google Earth, podrán ver el tejado de su casa desde unos 200 metros de altura y al cabrón de su vecino expoliándoles el limonero del huerto. Ahora imagínense la resolución que puede llegar a tener un satélite militar (vulgo comunicaciones) y de lo que puede ser capaz de distinguir y con qué precisión. Yo una vez recibí la llamada de un tipo con acento de Carolina alertándome de que se me estaba quemando el arroz. Ya me contarán.

Las redes sociales, yo lo veo así, junto con los gestores de correo en línea y los formularios de todo tipo que rellenamos para registrarnos en las páginas güé, son la carretera secundaría para llegar a discernir y, por ende, controlar la conducta del individuo –mediante un baremo de consumo inopinado- cuando la Nacional ha sido cortada por una ley de protección de datos bastante potente. Puede sonar un poco raro y paradójico, pero reflexionen sobre ello: ¿quién demonios facilita nuestros números de teléfono a las compañías? ¿Por qué llevo ya ganados cuatro Mercedes, un Rólex y un pisito en Torrevieja por correo?
Ignoro lo que piensan ustedes (me encantaría saberlo), pero a mí me jode ser otro nudo en la maraña que refuerza una red de algo que dice ser un método para socializar a la población y que, sospechosamente, apenas lleva publicidad –que esa es otra: un escaparate gratuito donde se enseña el respetable y no se anuncia ni Dios.
En fin, este sistema ha cobrado fama en los días que corren; que cada cual haga uso de él como mejor le parezca, que ya somos mayorcitos, pero que se pare a pensar por un momento a qué obedece tanta generosidad altruista, porque digo yo que alguien le estará echando horas al asunto para que funcione. ¿O no?

7 comentarios:

Anónimo dijo...

Teniendo en cuenta que tienes uno como coño lo criticas jajajajaja te di un buen filón para escribir eeeeee.
P.D: Muy bueno los ultimos cada vez son mjores

Spirou dijo...

Si no tuviese uno no podría criticarlo, vamos creo yo; las cosas hay que probarlas a ver lo que pasa, porque de otro modo acabaríamos limitados por los prejuicios.
Y como es de mal nacidos ser agrad... euh, esto no era así. En fin, se agradece la posdata de todos modos.

Anónimo dijo...

El que encara ningú no m'ha respost és per què serveix el Facebook. Si fos una enquesta, us diria que el 33% dels enquestats (usuaris) diuen que no ho saben, i que el 67% afirmen que "no, si el Facebook és molt útil, va molt bé, et trobes amb amics que fa anys que no veus, és molt pràctic, jo m'hi connecto cada dia, hauries d'obrir el teu, és molt divertit, pots penjar-hi fotos..."

Spirou dijo...

Pues mire usted, utilidad, lo que se dice utilidad poca tiene. Depende, intuyo, de las inquietudes del sujeto en cuestión. No deja de ser un intento de expresión personal-comunitario (rara avis), un sentimiento de pertenencia al grupo -cosa de la que otro día me ocuparé-, pues ya sabe usted lo que dicen del hombre, que es un animal social y un poquito hijo de puta; bueno, esto último lo digo yo, pero no deja de ser cierto.
Sobre lo de encontrarse con amiguitos me parece un poco parida cósmica, con alguna excepción si se tiene a bien, tampoco debemos cerrar puertas aunque, no le voy a engañar, tampoco lo tengo muy claro. Acerca de las fotos, mire usted, para eso está el Fotolog, que viene siendo un güeló pero con fotos como cuerpo principal.
Personalmente no sé para qué coño sirve el Facebook; como soy de natural curioso me metí, indagué, y algunas conclusiones que usted ya ha leído he podido extraer.
Sería interesante crear un grupo llamado "Seguro que conoces a veinte personas que piensan que Facebook es una mierda". Ya veremos.

Anónimo dijo...

Vaya, dejen de joder con el web 2.0 y apúntense a la vida real. Dónde los amigos quedan para romper piernas con la excusa de un balón, para conversar con la excusa de una cerveza, y comunicarse FACE TO FACE. Nada de inventos, NADA DE FACEBOOK.

Pitu dijo...

Hola a todos, cuando tengo tiempo me gusta pasar por aquí. Pones artículos muy interesante, aunque te considero muy crítico en general.

Respecto al "feisbuc", está claro que una empresa con muchisimos empleados necesita tener ingresos de un modo u otro. Hace un tiempo salió un artículo, en otra grande web, sobre el tema:
http://www.elmanifiesto.com/articulos.asp?idarticulo=2754

Visto lo visto, personalmente voy con cuidado con lo que pongo. Soy un asiduo usuario y me ha hecho recuperar el contacto con gente que "me da igual", pero en su mayoría con muy buena gente de la que es un gusto volver a saber.

Es un placer leerte! Un abrazo ;)

Spirou dijo...

Habrá que dar de comer al título del bló. Está dispuesto, en cierto modo, para expresar todo aquello que la gente no se atreve a expresar, aunque no creas, estoy siendo muy comedido. El día que me suelte la lío.

Sobre feisbuc. Lo he abandonado hace un tiempo, y ahora que he leído lo que me pasas igual hasta le pongo el candado. El caralibro, a mi entender, acaba lastrándote al pasado, por muy 'buena gente' que encuentres, y eso no es bueno. Todo tiene sus tiempos, y forzarlo no parece adecuado.
Por otra parte, Google te guarda los mensajes unos 300 años (o por ahí, en todo caso una burrada) y ha comprado wikipedia y youtube, por ejemplo. La gente suele buscar en internet y entrar en los diez primeros resultados, y a veces en tres o cuatro. En esos primeros resultados ¿quién está? Sacto: Wikipedia. ¿Y es fiable wikipedia? Para nada. Por tanto, ¿quién tiene todos los números para manejar lo que la gente va a aprender a partir de ahora por internet? Ahí le has dao. ¿Y quién está detrás de Google? Vete tú a saber. Incluso Blogger está en el meollo del asunto. Todo está conectado.

En una cosa tienes más razón que un santo: esta es una GRAN GÜÉ.

Gracias por leer y por participar, sólo con uno como tú esto tiene la obligación de tirar para adelante.

Un abrazo.